Hubo momentos en los que temia
desfallecer buscando los nombres verdaderos
para todas las cosas que tu eres:
carne, marfil, zafiros, ojos, aliento, almibar,
Ahora no me preocupa, he llegado sin miedo
a la trinchera desde la que entiendo
que todo nombre sirve para todo
y que si el mundo se merece un nombre
es porque tu vives en el.